En medio de un exuberante bosque se alza una impresionante residencia que busca impactar a quienes cruzan su umbral. El objetivo era claro: crear un toque que dejara una huella imborrable en la recepción.

El desafío era fusionar a la perfección la estética moderna y clásica de la construcción, infundiéndole vida y luz. La solución se encontró en una cubierta de vidrio templado y aluminio que se erige majestuosamente sobre el techo de la propiedad. Esta estructura sostiene con gracia los paneles de vitral diseñados de manera exclusiva para este proyecto.

Con más de 28 metros cuadrados de vitral, esta creación es una verdadera obra de arte que combina la magia del bosque circundante con el diseño de la propiedad y el exquisito gusto de sus dueños. Cada detalle de este proyecto es un tributo a la belleza natural y a la visión creativa que se unen para formar un conjunto armonioso que deja a todos los visitantes asombrados y cautivados. Este es un testimonio de cómo la arquitectura y el arte pueden fusionarse en una experiencia sensorial única.